Por Alejandro Duchini
La tarde-noche del 6 de octubre presentamos en la librería Gandhi, en Palermo, el libro La Palabra Hecha Pelota (Galerna), publicado a fines de septiembre. Entrevistar a catorce personas para que hablen de fútbol y escribir lo que dijeron me llevó un año. Mostrarlo en público fue un sueño hecho realidad que se hizo en una hora: el filósofo Tomás Abraham y el escritor Hernán Casciari, dos grosos de verdad, aceptaron hacerme el aguante en la presentación. También estuvo el editor de Galerna, Gonzalo Garcés, un tipazo. La pasamos genial. Para saber más del libro, pueden leer esta nota. Casi todas las fotos las hizo Nicolás Borojovich. Las otras, fueron donadas por diferentes dueños de teléfonos celulares.
Abraham y Casciari apelaron al humor para hablar de la pelota. Contestaron cada una de mis preguntas con una gentileza tremenda. Hubo amigos, colegas y familiares. Entre ellos, mi esposa, Marian, y mi hija, Malena.
Ya de noche, la reunión terminó con un brindis y un partido de metegol entre Casciari y Abraham, por un lado, y Gonzalo y yo, por el otro. Perdimos. Pero eso fue lo de menos. Creo que en el balance general ganamos todos los presentes. Como quiero compartir parte de lo vivido, van algunas de las fotos.

Infaltables, Marian y Malena. Madre e hija. Esposa e hija. Fundamentales para que La Palabra Hecha Pelota sea una realidad.

Casciari habla. Abraham y yo lo escuchamos.

El escritor Gonzalo Garcés, editor de Galerna, otro de los participantes en la presentación de La Palabra Hecha Pelota.

Yo pregunto y Abraham espera. Sus repsuestas fueron geniales, divertidas, originales. El filósofo y yo hicimos, a partir de entrevistas, una gran relación de amistad.

De un lado, los perdedores. Del otro, los ganadores. Divertidísima noche de presentación de La Palabra Hecha Pelota.

Vista panorámica del partido del año.

Libros y fútbol en una sola foto

Hernán Casciari y Tomás Abraham posan junto a mi y a mi heredera, Malena.

Malena Duchini mira el metegol. El partido acaba de terminar.

Terminamos el partido. Todos contentos. De izquiera a derecha, Garcés, yo, Abraham y Casciari.
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